Desde siempre supo que iba a ser veterinaria. Toda su vida estuvo rodeada de animales y su gran amor hacia ellos hizo que a sus 18 años se fuera a la universidad de Santiago de Compostela a estudiar la carrera que siempre quiso, convirtiéndose 5 años después, en veterinaria.

Amante de la naturaleza y de los animales, siempre se está interesando por sus cuidados y su bienestar. Desde pequeña tiene un cariño especial a los perros y a los gatos, y es por esto por lo que ha decidido venirse de Santiago a Ávila y formar parte del equipo de veterinarios de la Clínica Veterinaria San Antonio de Ávila, y así mejorar como profesional.

A pesar de su juventud, su preocupación por los pacientes hace que crezca día a día como profesional y esté continuamente formándose. Siempre muestra una gran empatía y cariño, y esta es la razón por la que siempre esté buscando lo mejor para ellos.